"No es mío" ha sido la última lectura conjunta en la que he participado, un thriller psicológico muy interesante; y es que si ya solo con leer la sinopsis el libro augura intriga, la autora consigue mantenerla hasta las última páginas, con un final inesperado y sorprendente.
Sasha y Mark, su marido, llevan años deseando ser padres, después de varios abortos, tratamientos y muchas desilusiones, el día en que por fin verán la cara de su hija está cada vez más cerca. Todos los planes se irán al traste cuando le tienen que practicar una cesárea de urgencia varias semanas antes de la fecha prevista. Se despierta en una habitación de hospital, sola, dolorida, sin saber si su hija está bien o no, hasta que una enfermera le dice que ha tenido un niño y que se encuentra en la incubadora. Cuando consigue que la lleven a ver a su bebé no tiene ni un momento de duda, ese niño no es suyo. Ella lo ha llevado meses en su seno y está convencida de ello.
Ese será el comienzo de la pesadilla en la que se ve inmersa, nadie la cree. Empezando por su marido que dice que no se ha separado de su hijo, el personal del hospital que asegura que es un error imposible. Ella está segura su hijo no es el que ellos dicen y los demás están convencidos de que su sufre una especie de psicosis que le impide establecer vínculos con el bebé por lo que la ingresan en la unidad de psiquiatría, desde donde intentará averiguar qué ha ocurrido con su hijo mientras intenta convencer a todos de que no está loca.
"No es mío" está narrado en primera persona por Sasha y que transcurre en pocos días, de forma que en todo momento sentiremos su dolor, miedo y angustia por no encontrar a su hijo, por que nadie la cree, e incluso por sospechar en algunos momentos si puede estar perdiendo la razón. Algunos capítulos serán narrados por su marido Mark, lo que nos permitirá conocer su pasado, cómo se enamoraron, su vida en común, ...
A pesar de que resulta fácil simpatizar con Sasha y su sufrimiento, ha habido momentos en los que he dudado de ella, de su salud mental y también del resto de los personajes, de sus motivaciones, que aunque no son muchos ( Mark, la enfermera que la atendió, los doctores u otras madres de la unidad de psiquiatria o de otros bebés ingresados), tienen cierta importancia en la trama.
El final es, como debe ser, sorprendente. No lo esperaba y no me convence lo rápido que resuelve el importante conflicto que es tan importante durante toda la novela, además de algún pero en la actitud de los profesionales del hospital que entiendo que es necesaria para que haya novela (si hicieran un análisis en las primeras páginas adiós novela).