Autora: César Pérez Gellida
Editorial: Suma
Nº páginas: 680
Serie: Versos, canciones y trocitos de carne 3/3
Serie: Versos, canciones y trocitos de carne 3/3
Sinopsis:
Opinión:La pequeña localidad islandesa de Grindavik amanece con todos los miembros de una misma familia brutalmente asesinados. En uno de los países del mundo con menor tasa de homicidios por habitante, el comisario de la Brigada de Homicidios de Reykjavik, Ólafur Olafsson, se enfrenta al caso más escabroso que ha visto justo en el ocaso de su carrera profesional. Pero muy pronto todas las pistas empiezan a apuntar hacia un sofisticado asesino en serie, Augusto Ledesma, que durante varios años ha ido componiendo una siniestra poética de versos regados de sangre a lo largo y ancho de Europa. Ante tales evidencias, la INTERPOL decide poner al frente del caso al jefe de la Unidad de Búsqueda Internacional de Prófugos, Robert J. Michelson, que se rodeará de un grupo especial integrado por algunos «viejos conocidos» del asesino. En Consummatum est el lector asistirá al ansiado desenlace de una trilogía #Versos, Canciones y trocitos de carne#, que ha robado el sueño a quienes leyeron Memento mori y continuaron recorriendo los laberintos de la mente criminal con Dies irae. El singular y novedoso estilo narrativo de Pérez Gellida promete no dejar a nadie indiferente en este magistral e imprevisible acto final.
Con "Consummatum est" llegamos al esperado desenlace de la trilogía "Versos, canciones y trocitos de carne", un thriller con un ritmo vertiginoso desde la primeras páginas.
El comienzo no puede ser más intenso, una pequeña localidad islandesa se despierta con el brutal asesinato de una familia, en una isla con una tasa muy baja de asesinatos, el comisario Olaffon sabe que se enfrenta a un caso muy complicado. Cuando todas las pistas apuntan a un asesino en serie que ya ha actuado en otros lugares de Europa, queda claro que hay que tomar importantes medidas para detenerlo antes de que siga asesinando. La Interpol ha decidido tomar las riendas de la investigación, poniendo al frente del caso a Robert J. Michelson, viejo amigo de Armando Lopategui y que cuenta con una vasta experiencia en cuanto a la detención de prófugos. Se rodeará de aquellos que mejor conocen a Augusto, el inspector Sancho, para quien la detención de Augusto es una cuestión personal. Mientras el asesino continua con sus asesinatos en distintos países de Europa, Michelson y su equipo deberán tratar de adelantarse a un asesino que con su aguda inteligencia siempre ha conseguido ir varios pasos por delante de ellos.
Con elementos comunes en toda la trilogía, como las diferentes canciones de la banda sonora, que tienen una importante presencia durante toda la lectura, o los poemas que Augusto va dejando a su paso, o la narración, que mantiene la tercera persona, excepto con las partes, que en primera persona y desde el punto de vista de Augusto, nos permitirá conocer aún un poco más sus pensamientos y motivaciones.
Los personajes han ido evolucionando a lo largo de la historia, y aunque se echa de menos a alguno, los nuevos mantienen el nivel y aportan su parte a la novela, me ha gustado mucho el comisario Olafsson y la relación que establece con Sancho. Con un ritmo intenso desde el principio, saltando de un país a otro, es el último tercio de la novela, en que el ritmo se hace menos frenético pero no por ello menos interesante. Y ha sido esa mi parte favorita, esa que posiblemente podría considerarse como thriller psicológico, en la que no he podido dejar de leer hasta el final, hasta saber quien salía vencedor de esa guerra psicológica. Y ha sido un final coherente con la evolución de la historia y de los personajes, creíble, sin ases en la manga que hacen que al lector se le quede cara de tonto.
El comienzo no puede ser más intenso, una pequeña localidad islandesa se despierta con el brutal asesinato de una familia, en una isla con una tasa muy baja de asesinatos, el comisario Olaffon sabe que se enfrenta a un caso muy complicado. Cuando todas las pistas apuntan a un asesino en serie que ya ha actuado en otros lugares de Europa, queda claro que hay que tomar importantes medidas para detenerlo antes de que siga asesinando. La Interpol ha decidido tomar las riendas de la investigación, poniendo al frente del caso a Robert J. Michelson, viejo amigo de Armando Lopategui y que cuenta con una vasta experiencia en cuanto a la detención de prófugos. Se rodeará de aquellos que mejor conocen a Augusto, el inspector Sancho, para quien la detención de Augusto es una cuestión personal. Mientras el asesino continua con sus asesinatos en distintos países de Europa, Michelson y su equipo deberán tratar de adelantarse a un asesino que con su aguda inteligencia siempre ha conseguido ir varios pasos por delante de ellos.
Con elementos comunes en toda la trilogía, como las diferentes canciones de la banda sonora, que tienen una importante presencia durante toda la lectura, o los poemas que Augusto va dejando a su paso, o la narración, que mantiene la tercera persona, excepto con las partes, que en primera persona y desde el punto de vista de Augusto, nos permitirá conocer aún un poco más sus pensamientos y motivaciones.
Los personajes han ido evolucionando a lo largo de la historia, y aunque se echa de menos a alguno, los nuevos mantienen el nivel y aportan su parte a la novela, me ha gustado mucho el comisario Olafsson y la relación que establece con Sancho. Con un ritmo intenso desde el principio, saltando de un país a otro, es el último tercio de la novela, en que el ritmo se hace menos frenético pero no por ello menos interesante. Y ha sido esa mi parte favorita, esa que posiblemente podría considerarse como thriller psicológico, en la que no he podido dejar de leer hasta el final, hasta saber quien salía vencedor de esa guerra psicológica. Y ha sido un final coherente con la evolución de la historia y de los personajes, creíble, sin ases en la manga que hacen que al lector se le quede cara de tonto.
Intenso thriller que pone un brillante final a una trilogía de la que he disfrutado de cada una de sus partes, pero sobretodo y especialmente de esta tercera. Con sorpresas, pero sin giros imposibles, a lo largo del libro se irán cerrando las diferentes tramas abiertas. Y aunque estaba como loca por conocer el final, siempre da pena abandonar unos personajes que tan "buenos" ratos me han hecho pasar. Y aunque el final de la trilogía queda perfectamente cerrado, el autor no les da un adiós definitivo, pudiendo retomar alguno de ellos en otra novela.
Puntuación:
10
Completamente de acuerdo con tu puntuación, un buen cierre de una buenisima trilogía!
ResponderEliminarUn beso
Yo también soy una seguidora y fan absoluta de César Pérez Gellida. Sin lugar a dudas una trilogía espectacular!
ResponderEliminarBesos
Hola. ya leo que es el final de la trilogía. Tomo nota de tu recomendación. Seguimos en contacto
ResponderEliminarHola, no conocía esta serie de libros pero después de leer tu reseña y ver que son bastante interesantes ten por seguro que los apuntaré para leerlos porque la novela políaca me encanta.
ResponderEliminarUn beso.